ANTENAS WIFI

Como Mejorar Conexion WIFI ? Parte 1

Hoy en día, prácticamente todos los routers disponibles en el mercado ofrecen una antena WiFi incorporada. Sin embargo, en ciertas ocasiones es necesario ampliar esta señal para alcanzar una cobertura más amplia. Tal es el caso de los hoteles,  comunidades de vecinos, aeropuertos, barrios o edificios públicos como ayuntamientos, bibliotecas o universidades, que necesitan contar con una potencia más elevada para permitir la conexión a la red.

Si este es tu caso y te estás planteando la necesidad de adquirir una, debes tener en cuenta una serie de cuestiones. En primer lugar, toda transmisión inalámbrica depende de la potencia del punto de acceso que la emite y de la sensibilidad del receptor. En las ocasiones en las que dicha potencia no es suficiente, es necesario instalar una antena WiFi que aporte una ganancia, mejore la calidad y, por tanto, permita aumentar el alcance de la red en cualquier rincón del edificio o de la zona WiFi en cuestión. La ganancia de una antena se expresa en en dBi. Cuantos más tenga, mayor será su alcance.

La opción más adecuada

Existen diferentes tipos de antenas WiFi. La elección de una de ellas dependerá, principalmente, de la manera en que se quiere orientar la señal, ya que estos dispositivos permiten orientarla hasta las zonas donde más se necesita. De esta manera, es posible ahorrar recursos y aprovechar mejor la conexión, evitando “las zonas muertas” de red.

Las antenas están divididas en tres grupos distintos. El primero son las omnidireccionales. Básicamente, orientan la señal en todas las direcciones en una radio de 360 grados. Esto hace que cuente con un haz amplio pero de corto alcance, menor que el de las otras clases de antena. Como por ejemplo, este tipo de dispositivo se puede comparar con una bombilla, que emite luz en todas direcciones. La mayoría de los puntos de acceso inalámbricos incorporan una antena omnidireccional y algunos más.

El segundo tipo son las direccionales, que orientan la señal hacia una dirección o zona determinada.Tiene un haz muy estrecho pero de corto alcance, por lo que la señal será más potente y llegará más lejos. El problema de este  tipo de dispositivos es que fuera de la zona de cobertura casi no habrá señal. Se utilizan para realizar una conexión punto a punto y dirigir toda la energía en una dirección determinada. También son empleadas por cuestiones de seguridad para evitar la fuga de la señal más allá de las paredes de un edificio. Como ejemplo se puede comparar con un foco de luz.

Finalmente, la tercera categoría son las sectoriales. Este tipo de antena se presenta como una solución intermedia, ya que se trata de una mezcla del modelo direccional y omnidireccional. Así, transmiten en una dirección pero no tan enfocadas a un solo punto, por lo que cubre un ángulo mayor. Para alcanzar una cobertura de  grados y de largo alcance es necesario instalar tres antenas sectoriales de 120 grados o cuatro de 80. Este tipo de dispositivos suelen ser más costosos que las antenas comunes.

Otros aspectos importantes

A la hora de adquirir un antena WiFi la orientación no es la única consideración que debes tener en cuenta. Importante también resulta saber la distancia de transmisión que te va a asegurar. Lo normal es que ronde el medio kilómetro, pero hay modelos que superan esta cifra mientras otros no la alcanzan. Esta característica también determinará el porcentaje de cobertura  que ganarás instalando este tipo de aparatos. De hecho, hay algunos que, explícitamente, también te indican la mejora que conseguirás en la velocidad de carga y descarga de archivos y documentos a través de la red Wifi por medio de la que te has conectado.

En todos los casos, la instalación suele ser bastante sencilla: enchufar y listo. Basta con que lo conectes al router o tarjeta inalámbrica  para que empiece a funcionar. Como ya habrás imaginado, es posible que situar cualquiera de ellas lejos del punto emisor o, incluso, en la propia pared de tu edificio. Si eso es lo que queres, tenes que tener en cuenta un par de cuestiones. La primera es que necesitarás adquirir un cable de fibra óptica adicional para realizar la conexión, porque normalmente los incluidos en las antenas WiFi que se venden no suelen superar los dos metros de longitud.

Por otro lado, deberás considerar la compra de una antena diseñada para su colocación en exteriores, que haya sido construida con materiales capaces de resistir adecuadamente las condiciones meteorológicas adversas.

¿Dónde colocar la antena?

Una vez que hayas elegido el tipo de antena más adecuado a tus necesidades, es preciso que, antes de colocarla, analices bien el espacio disponible para elegir el lugar que ofrezca una mejor cobertura. Es importante tener en cuenta que las paredes y los techos debilitan la señal WiFi.

El fabricante Edimax ha desarrollado un listado con varios trucos para optimizar la conexión WiFi. Aunque algunos de ellos se refieren al router, son extensibles también a las antenas.

Por ejemplo, el primer paso, y uno de los más importantes, es encontrar el centro de gravedad del espacio donde se quiere colocar la antena. Se trata de la misma zona donde situaríamos una radio para escucharla desde la mayoría de puntos que forman un espacio. Además, en la medida de lo posible, hay que intentar situarla en un sitio abierto, lejos del suelo y de ventanas y de muros gruesos, nunca dentro de un mueble o rodeada de dispositivos metálicos, ya que afecta considerablemente a la señal.

Los principales enemigos de una antena son los que retienen la señal (paredes, suelo y muebles), aquellos que la modifican (los objetos metálicos) y los que la “vampirizan”, es decir, aquellos dispositivos que utilizan una frecuencia de 2,4 GHz, como microondas o teléfonos inalámbricos. Es muy importante orientar correctamente la antena para aprovechar al máximo la conexión. Así, hay que comprobar que el “chorro” de señal esté dirigido hacia la zona adecuada y que no cuente con ningún tipo de obstáculo.

Otro factor que puede empeorar al intensidad de recepción de una señal es la falta de actualización de los controladores de los dispositivos con los que guarda relación. Así, por ejemplo, es necesario asegurarse de que los drivers del router estén actualizados. Lo mismo sucede con el Firmware de la tarjeta de red, del PC y de los puntos de acceso.

Algo que no todo el mundo sabe es que la tecnología Bluetooth interfiere en la calidad de la red. Por eso, mientras no se utilicen es recomendable inhabilitar las conexiones de los productos que se encuentren cerca de la antena como, por ejemplo, teléfonos móviles, el ratón y otros dispositivos.

Al igual que las emisoras de radio, las antenas WiFi emiten a través de varios canales. Por eso es bueno probarlos todos hasta encontrar la señal más limpia y libre de interferencias de manera que se pueda configurar la tarjeta hacia ese canal. Por último,  es recomendable que los productos como el router, la antena, las tarjetas o los puntos de acceso sean del mismo fabricante, ya que eso, normalmente, mejora el alcance.